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We are the brand architect. Our passion? Storytelling.
Our aspiration? Building brands that create emotions.
Our superpower? Creativity.
We are called different because uniqueness moves use. We strongly believe that every brand has a story and that it deserver to be told.
We feel different because we do not just follow strategy rules. We have discovered that strategy generates position, but creativity generates love.
We act different because we deeply analyze every symbol, color or concept before it commits to flirt with the correct audience.
Yes, the truth is: nowadays It is trendy to be different. It’s just that we are not only different.
We make difference.
#ColorYourBrand
Soy Fernanda y mi color favorito es el amarillo. No es la primera vez que me presento así. Desde niña siempre le di una importancia diferente a los colores y no dudé a la hora de elegir mi preferido. La primera vez que me puse unos lentes “para ver” no necesitaba ni un grado de dioptría, pero quizás pensaba que al ponérmelos iba a ver un mundo diferente; los colores más intensos, las texturas tan definidas que hasta podía sentirlas. Pero más allá de lo visualmente obvio, creía que al usarlos podía ver desde otra perspectiva las actitudes de un entorno tan aburrido y gris para mí.
Cuando puse mi primer casette en mi “walkman” no lo hice como escapatoria a este mundo del que les hablo, sino como una entrada a un espectro enorme de visiones y expresiones de la realidad. Estoy enamorada de la música y ésta me ha ayudado a sentir y a vivir desde todas las aristas posibles.
Estudié Comunicación para culminar con esta pasión de coleccionar perspectivas y ahora me fascina poder ponerlo en práctica, creando marcas basándome en distintos colores, sonidos, texturas, actitudes, estilos de vida y emociones.
“Nathaly, ponte tu suéter morado que hace frío afuera.” “No, mamá. Me voy a poner mi chamarra azul eléctrico.” Si había algo que nadie tenía que hacer por mí desde niña, era elegir cómo vestir. No me considero una persona convencionalmente expresiva, pero vaya que mi estilo hablaba por mí. En el resto de las personas funcionaban las palabras y los gestos, en mí, los colores y patrones de la ropa. Mis “roomies”: mi colección de revistas de moda y stickers, mis playeras de estampados y chamarras de colores extravagantes y mientras mis amigas jugaban a las Barbies, yo pasaba tardes enteras recortando y creando ‘collage’ combinando el contenido de Vogue, Vanity Fair y Elle.
Con el tiempo encontré otra forma más de expresión: la danza. El floreo, el zapateo, las castañuelas y los vestidos me cautivaron y me hicieron una amante más del flamenco. Me atrapó su variedad de sonidos, donde las manos y los pies hacen el perfecto acompañamiento a la música; su variedad visual, desde el vestido hasta el abanico que reflejan la enorme pasión con la que hay que desempeñar esta danza.
Nunca creí encontrar una práctica profesional que pudiera tomar las pasiones tan definidas que tengo, hasta que inicié mi camino con la licenciatura en Diseño y Arte Visual. En ella se consolidó mi libertad de expresión. Con el diseño puedo realmente probar y mezclar como si estuviera vistiendo a alguien y con el arte puedo explorar, sentir y transmitir como si bailara una larga pieza de flamenco. En Indigo puedo ofrecer esta inspiración para seguir creando a través de diversas expresiones y estilos.
